En octubre de 2021 el Museo del Río Magdalena llegó aguas abajo, a las poblaciones de Puerto Berrío, Tamalameque, El Banco y Sempegua en Chimichagua. El viaje estuvo acompañado de intercambios de saberes con los pobladores locales, de instalaciones con cartas en botellas, un mapa vela del río que ha recorrido el Alto Magdalena, material audiovisual y sonoro, el recorrido virtual en 360, juegos y actos de magia. Gracias a la Fundación Natura, dentro de su proyecto “Magdalena Cauca Vive”, se creó esta alianza y zarpó en busca de nuevos relatos del río que se activaron mediados por acciones pedagógicas y artísticas.
Exposición Magdalena Aguas Abajo
Exposición Magdalena Aguas Abajo
Al ser el único museo existente en Colombia sobre nuestro principal río y entendiendo su dimensión integral y sus innumerables historias, viajamos con el interés de explorar y emprender exposiciones museográficas sobre los relatos de la vida cotidiana y la cultura del río, mediante el intercambio de la palabra, y el saber local; permitiendo afianzar y fortalecer la relación entre conservación cultural y conservación medioambiental otorgada por la conexión del recurso agua, el río y el ecosistema del que hacemos parte como cuenca Magdalena-Cauca.
En esta relación se revela una ecuación fundamental: CA (Conservación Ambiental) ? CC (Conservación Cultural), elevada a la preservación de la vida, entonces un territorio en movimiento. Resultan cinco dimensiones cuyo eje central está fundamentado en la geografía; la relación con la ubicación, condiciones y recursos con el territorio que nos permite la preservación de la vida a través de un intercambio cultural. Las dimensiones expuestas son: el agua, los rostros, las voces, la música y los oficios.
Este ejercicio ha derivado en un intercambio de conocimientos, donde cada población anfitriona se ha preparado para recibir la visita del museo, similar a como se recibe a un familiar y querido, con el gusto que ofrece el encuentro, la novedad y el fortalecimiento de los afectos. La visita trae consigo un compartir de relatos que se complementan, potencian y enriquecen el diálogo vivo y directo. Muestras vivas de la cultura como la música, el baile, la comida, recibieron al museo y lo acogieron. Familias y personas de todas las edades llegaban curiosas a descubrir lo que estaba sucediendo en el espacio intervenido.
El museo construye un banco de memoria oral de los pobladores del río Magdalena, y recoge historias mediante un formato llamado “Sabiendas y Subiendas” desde el 2018 y ha producido 13 capítulos. En esta visita contamos con dos nuevos encuentros: el oficio artesanal y la elaboración de instrumentos percutivos.
El propósito inicial del museo para viajar, que lleva en su ejercicio tres años, ha sido activar la tradición oral, la cartografía social, el manejo de recursos, los oficios y saberes en la poblaciones ribereñas para reconocer nuestro territorio que nos permite interiorizar su dimensión y entender sus necesidades, reivindicar nuestros vínculos con el río Magdalena.
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Exposición Magdalena Aguas Abajo
Al ser el único museo existente en Colombia sobre nuestro principal río y entendiendo su dimensión integral y sus innumerables historias, viajamos con el interés de explorar y emprender exposiciones museográficas sobre los relatos de la vida cotidiana y la cultura del río, mediante el intercambio de la palabra, y el saber local; permitiendo afianzar y fortalecer la relación entre conservación cultural y conservación medioambiental otorgada por la conexión del recurso agua, el río y el ecosistema del que hacemos parte como cuenca Magdalena-Cauca.
En esta relación se revela una ecuación fundamental: CA (Conservación Ambiental) ? CC (Conservación Cultural), elevada a la preservación de la vida, entonces un territorio en movimiento. Resultan cinco dimensiones cuyo eje central está fundamentado en la geografía; la relación con la ubicación, condiciones y recursos con el territorio que nos permite la preservación de la vida a través de un intercambio cultural. Las dimensiones expuestas son: el agua, los rostros, las voces, la música y los oficios.
Este ejercicio ha derivado en un intercambio de conocimientos, donde cada población anfitriona se ha preparado para recibir la visita del museo, similar a como se recibe a un familiar y querido, con el gusto que ofrece el encuentro, la novedad y el fortalecimiento de los afectos. La visita trae consigo un compartir de relatos que se complementan, potencian y enriquecen el diálogo vivo y directo. Muestras vivas de la cultura como la música, el baile, la comida, recibieron al museo y lo acogieron. Familias y personas de todas las edades llegaban curiosas a descubrir lo que estaba sucediendo en el espacio intervenido.
El museo construye un banco de memoria oral de los pobladores del río Magdalena, y recoge historias mediante un formato llamado “Sabiendas y Subiendas” desde el 2018 y ha producido 13 capítulos. En esta visita contamos con dos nuevos encuentros: el oficio artesanal y la elaboración de instrumentos percutivos.
El propósito inicial del museo para viajar, que lleva en su ejercicio tres años, ha sido activar la tradición oral, la cartografía social, el manejo de recursos, los oficios y saberes en la poblaciones ribereñas para reconocer nuestro territorio que nos permite interiorizar su dimensión y entender sus necesidades, reivindicar nuestros vínculos con el río Magdalena.
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